40. Lent: Mi Primera Semana Santa en México, My First Holy Week in Mexico
Cardonal, Hidalgo
Empecé a aprender español en 1991 y en 1993 me fui a México para dominar más el español. Me fui a vivir en un convento y las hermanas me invitaron a ir con ellas a una misión en Ixmiquilpan, Hidalgo. Llegamos el viernes antes del Domingo de Ramos. Escuché confesiones durante tres o cuatro horas después de mi llegada. El sábado tuve la mañana libre para explorar la ciudad. Después del almuerzo, el P. Carlos me preguntó si podía ir a otro pueblo para ayudar a un sacerdote que tenía problemas de salud que limitaban su trabajo y necesitaba ayuda más que el P. Carlos. Después del almuerzo, P. Carlos me llevó a Cardonal en su Bronco. No pensé que llegaríamos allí, ya que para evitar un accidente hizo un giro tan cerrado que casi nos volcamos. Estuvimos sobre dos ruedas durante unos cincuenta metros.
De domingo a jueves escuché confesiones de seis a ocho horas diarias. Había dos misas cada día. Cada día, tenía una conferencia para niños o adolescentes. Cardonal tenía un sacerdote y siete hermanas. Había quince ranchos o más en la parroquia. Las hermanas me dieron un horario para visitar y hacer algunos servicios en la mayoría de los ranchos. En cada pueblo, escuchaba confesiones durante un par de horas y luego tenía misa. Casi todos los ranchos tenían al menos una misa.
La mayoría de la gente de Cardonal es Otomí. La mayoría habla español, pero es su segundo idioma ya que el español es mi segundo idioma. Descubrí que los entendía mejor que la mayoría de la gente en México. Cuando tomé mis clases después de Pascua, un profesor dijo que el vocabulario de los Otomí era más limitado y básico, al igual que mi vocabulario.
Fue notable que en la mayoría de los ranchos y pueblos había pocos hombres jóvenes. Muchos de los jóvenes estaban en Estados Unidos o en las grandes ciudades de México. No había suficiente trabajo para mantener a los hombres en casa. Los coros de cada rancho estaban compuestos por mujeres jóvenes. Les dije que nuestro grupo de jóvenes estaba formado por un 75% de hombres. Las jóvenes dijeron: “Llévanos allá”.
Como sacerdote, estaba muy ocupado con las confesiones y misas, pero fue una gran bendición ver la fe de las comunidades rurales.
Sigo buscando ayuda
Ayúdame a preparar un programa sacramental para niños con necesidades especiales y tiempo limitado de preparación.
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Cardonal, Hidalgo
I began learning Spanish in 1991 and in 1993 I went to Mexico to polish up my Spanish. I went to live in a convent and the sisters invited me to go with them to a mission in Ixmiquilpan, Hidalgo. We arrived on the Friday before Palm Sunday. I heard confessions for three or four hours after I arrived. On Saturday, I had the morning and early afternoon free to explore the town. After lunch, Fr. Carlos asked if I could go to a different town to help a priest who had health issues that limited his work, and he needed more help than Fr. Carlos. After lunch Fr. Carlos took me to Cardonal in his Bronco. I did not think we would make it there, as to avoid an accident he made a turn so sharp that we almost rolled over. We were on two wheels for about fifty yards.
From Sunday to Thursday, I heard confessions from six to eight hours each day. There were two masses each day. Each day, I had a conference for children or the teenagers. Cardonal had one priest and seven sisters. There were fifteen or more ranchos in the parish. The sisters gave me a schedule to visit and do some services in most of the ranchos. In each town, I would hear confessions for a couple hours and then have Mass. Almost every rancho had at least one Mass.
That people of Cardonal are mostly Otomi. Most spoke Spanish, but it was their second language as Spanish is my second language. I found that I understood them better than most people in Mexico. When I took my classes after Easter one of my teachers figured that the vocabulary of the Otomi was more limited and basic, as was my vocabulary.
It was notable that in most of the ranchos and small towns, there were very few young men. Many of the young men were in the U.S. or the large cities of Mexico. There was not enough work to keep the men home. The choirs at each rancho were made up of young women. I told them that our youth group was about 75% men. The young women said, “Take us with you.”
As a priest, I was very busy with the confessions and Masses, but it was such a blessing to see the faith of the rural communities.
Still looking for help
Help me prepare a sacramental program for children with special needs and limited time for preparation.
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Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.