Stories: Los Judas
Mientras reflexiono sobre la vida de los santos con una “s” minúscula que han tocado nuestras vidas, esta es la historia de una familia que recuerda a su padre / abuelo.
As I reflect on the lives of the saints with a small “s” that have touched our lives, this is the story of one family remembering their father / grandfather.
Los Judas
En una peregrinación al santuario de Nuestra Señora del Rosario en Talpa de Allende, Jalisco, había una familia que me hizo parte de su grupo. Se llamaban “Los Judas”. Había más de veinte en el grupo. Eran hijos y nietos de un hombre, Francisco, que murió dos meses antes del peregrinaje. “Los Judas” hicieron un “manda” a Dios de que harían la peregrinación si Dios sanaba a Francisco. Su oración era por su vida, pero cuando murió, decidieron hacer la peregrinación para dar gracias a Dios por el amor que Francisco les dio en su vida.
“Los Judas” fueron ruidosos y mantuvieron entretenido a todo el grupo de peregrinos. P. Carlos preguntó al grupo fue nombrado por San Judas o por Judas Iscariote. Los jóvenes dijeron: “Adivina”. En un momento del peregrinaje entramos en un valle hermoso. Se llamaba “Sal si puede” porque era tan hermoso que nadie quería salir. En el fondo del valle había un arroyo con un árbol caído como puente. La costumbre era que el peregrino caminara hasta la mitad del arroyo y mientras estaba parado en el medio gritaba tres veces: “Sal si puede”. Cuando el padre Carlos llegó a la mitad del arroyo y gritó “Sal si puede”, los jóvenes arrojaron piedras al arroyo para mojarlo. P. Carlos dijo: “Ahora los conozco. Ustedes son los Iscariotes”.
Durante todo el peregrinaje, escuché historias sobre la fe y la vida de Francisco. A menudo iba en peregrinaje al santuario de Talpa. Hubo muchas risas al recordarlo. Cada noche en la Misa, le recomienda a Dios durante la oración de los fieles. No tuve el privilegio de conocer a Francisco, pero en sus hijos y nietos aprendí de su santidad. Verdaderamente era un san Francisco.
Los Judas
On a pilgrimage to the shrine of Our Lady of the Rosary in Talpa de Allende, Jalisco, there was a family that made me part of their group. They called themselves “Los Judas” (The Judas group). There were over twenty in the group. They were children and grandchildren of a man, Francisco, who died two months before the pilgrimage. The “Los Judas” made a “manda”, a promise to God that they would make the pilgrimage if God would heal Francisco. Their prayer was for his healing, but when he died, they decided to make the pilgrimage to give thanks to God for the love their father / grandfather gave them in his life.
The “Los Judas” were loud and kept the whole pilgrimage group entertained. Fr. Carlos asked the group if they were named for St. Jude or for Judas Iscariot. The children said, “Guess.” At one point in the six-day pilgrimage we entered a beautiful valley. It was called “Sal si puede” (Leave if you can) because it was so beautiful you did not want to leave it. At the bottom of the valley was a stream with a fallen tree as a bridge. The custom was for the pilgrim to walk halfway across the stream and while standing in the middle cry out three times, “Sal si puede.” When Father Carlos reached the middle of the stream and cried out “Sal si puede,” the children threw rocks into the stream to splash water on him. Fr. Carlos said, “I know you now. You are the Iscariots.”
Thoughout the pilgrimage I heard stories the faith and the life of Francisco. He often went on pilgrimage to the shrine in Talpa. There were many laughs as they remembered him. Each evening at Mass, he was on our prayer list. I did not have the privilege of knowing Francisco, but in his children and grandchildren I learned of his holiness. Truly a san Francisco.