Mission of Padre Migrante: Solidarity with the poor – Solidaridad con los pobres
Solidaridad con los pobres
Comienzo un tema nuevo. Durante los últimos dos fines de semana, he predicado por las misiones extranjeras de los Redentoristas. Hay costumbre que alguien habla cada año de misiones extranjeras en este país. Dado que los misioneros en esos países extranjeros no pueden estar aquí. Sacerdotes, religiosos y misioneros laicos invitan a la gente de nuestro país a orar y apoyar las obras misioneras. He hecho esto durante más de treinta años. Invito a la gente a reconocer nuestra solidaridad con los pobres y los marginados del mundo.
La solidaridad de los pobres con nosotros
Nuestra Iglesia siempre celebra a los misioneros que se sacrifican mucho para llevar el amor de Dios y de la Iglesia a tierras extranjeras. Cuando era niño, había misioneros de nuestra parroquia que regresaban a casa cada dos o tres años para visitar a sus familias. La parroquia de Holy Name en Omaha tenía varios misioneros en Brasil y Tailandia. Algunos visitaban nuestras clases en la escuela. Siempre soñé con ser misionero en Brasil. Parecía ser una aventura. Cuando fui al seminario, tuve un gran problema. Luché con el latín y reprobé en el español. Cuando me ordené, dos compañeros de clase fueron a Brasil, uno a Tailandia y yo fui a Wichita, KS. Mi misión con los extranjeros me llegó en migrantes e inmigrantes de América Latina casi veinte años después.
Invito a la gente a que se solidarice con la gente de esos países extranjeros como nuestros hermanos y hermanas. Este año, una experiencia en mi familia, me dio una nueva perspectiva. ¿Podemos apreciar la solidaridad de los pobres con nosotros?
Mi hermano y mi cuñada trabajaron en China durante muchos años. Adoptaron a Mercy y Sophia. Mercy tiene diecinueve años y recientemente tuvo un accidente terrible. Estaba trotando en un camino rural en Wyoming y fue atropellada por una camioneta a casi 70 mph. Recibió muchos huesos rotos y lesiones internas, pero está viva y está recuperándose. Cuando esto sucedió, pedí oraciones a los Redentoristas de todo el mundo. Mercy tiene muchos familiares y amigos orando por ella, pero hay una comunidad que ha dado un impulso especial a nuestras oraciones.
En muchos países, los redentoristas atienden a migrantes, refugiados y las víctimas más abandonadas de la guerra, la persecución, los desastres naturales y las calamidades sanitarias. En Tailandia, Mercy Centre atiende a los habitantes de los barrios marginales de Bangkok. Entre los diversos ministerios del Mercy Centre, 1.500 niños de cuatro a siete años reciben educación temprana para preparar a los más pobres para ingresar a la escuela. P. Joe Maier, C.SS.R. escribió sobre la celebración de la Misa con los niños por la intención de Mercy. Preguntó a los niños qué querían decirle a Mercy. Los niños dijeron: “Dile a nuestra hermana, que está bien caerse, incluso cuando un carro tonto te atropella. Levántate, camina, trota y corre de nuevo. Estamos orando por ti en la misa y rezaremos un rosario por ti después de la misa.”
Fue muy alentador experimentar la solidaridad de los pobres con nuestra familia. Siempre he sentido el deseo de ayudar a los pobres, pero cuando los pobres nos ayuden en un momento de incertidumbre es una bendición especial. Este da sentido a nuestra solidaridad católica / cristiana con las personas de todo el mundo.
En medio de la crisis y las dificultades, necesitamos testigos como los niños de Mercy Centre para levantarnos. Mientras los misioneros nos piden oraciones y apoyo, sepan que los pobres también levantarán a los que sufren. Incluso Jesús no cargó su cruz solo.
Solidarity with the poor
I want to begin a new theme. For the past two weekends, I have been preaching mission appeals for our Redemptorist Mission Office. Every parish has someone speak each year on behalf of foreign missions. Since the missionaries in those foreign countries cannot be here, priests, religious and lay missionaries invite people of our country to pray for and to support foreign missionary works of religious communities and dioceses. I have done this for more than thirty years. I invite people to recognize our solidarity with the poor and marginalized of the world.
The solidarity of the poor with us
Our Church always celebrates those missionaries who sacrifice much in order to bring the love of God and of the Church to foreign lands. As a child, there were several missionaries from our parish who came home every two or three years for vacation and to visit their families. Holy Name parish in Omaha had several missionaries in Brazil and Thailand. When at home, they visited our classes in school. I always dreamed of becoming a missionary to Brazil. It appeared to be an adventure. When I went to seminary, I had a major problem. I struggled with Latin and flunked Spanish. When I was ordained, two classmates went to Brazil, one to Thailand and I went to Wichita, KS. My foreign mission came to me in migrants and immigrants from Latin America almost twenty years later.
I invite people to enter into solidarity with people in those foreign countries as our brothers and sisters. This year an experience in my family, gave me a new perspective. Can we appreciate the solidarity of the poor with us?
My brother and sister-in-law worked in China for many years. They adopted Mercy and Sophia. Mercy is nineteen and had a terrible accident recently. She was jogging on a rural road in Wyoming and was struck by a pick-up truck at nearly 70 mph. She received many broken bones, and internal injuries, but she is alive and making a recovery. When this happened, I asked for prayers from Redemptorists around the world. Mercy has many relatives and friends praying for her, but there is a community that has given a special lift to all of our prayers.
In many countries, Redemptorists minister to migrants, refugees and the most abandoned victims of war, persecution, natural disasters and health calamities. In Thailand, Mercy Centre serves the slum people of Bangkok. Among the various ministries of Mercy Centre, 1,500 children from four to seven years old receive early education to prepare the poorest of the poor to enter school. Fr. Joe Maier, C.SS.R. wrote about celebrating Mass with the children for Mercy´s intention. He asked the children what they wanted to say to Mercy. The children said: “Tell our sister that it is okay to fall down, even when a dumb car knocks you down. Get up, walk, jog and run again. We are praying for you at Mass and will say a rosary for you after the Mass.”
It was very encouraging to experience the solidarity of the poor with our family. I have always felt the desire to help the poor, but when the poor help us in a moment of uncertainty, it is a special blessing. It gives meaning to our Catholic / Christian solidarity with people around the world.
In the midst of crisis and hardship, we need witnesses like the children of Mercy Centre to lift us up. As missionaries appeal to us for prayers and support, know that the poor will also lift up those who are suffering. Even Jesus did not carry his cross alone.
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Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.