Mission Stories: First Communion for a migrant farm worker – Una campesina quiere su Primera Comunión
Una campesina quiere su Primera Comunión
Mi caminar con los migrantes siempre ha sido un poco no convencional. Siempre hago las cosas necesarias para preparar a las personas para recibir la gracia del sacramento. La parte poco convencional de ofrecer la Palabra y el sacramento a los pobres es hacerlo respetando la vida a las personas a quienes se dirige el ministerio. Si bien la persona puede tener necesidades económicas, de salud, sociológicas y emocionales, mi preocupación es que ofrezcamos atención espiritual a los pobres. Nuestro ministerio empieza con conocimiento de la vida de los pobres, y respondiendo a ellos como lo haría Jesús.
Juanita
(Una historia de espontaneidad y actualidad del ministerio)
Juanita vino a mí en el penúltimo día de nuestro programa de Confirmación Campesino para preguntarme: “Padre, ¿qué necesito hacer para recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo?” No era la forma normal en que una persona pide la Primera Comunión. Le dije que nuestro programa era para gente como ella, pero era el penúltimo día de clase y no podíamos aceptar gente nueva. Ella empezó a llorar. Le pedí que se sentara y me contara su historia.
Juanita explicó que su familia llegó la noche anterior y se aprendió de nuestro programa por sus primos que estaban en la clase. Ella contó haber vivido en diez ciudades diferentes en ocho años, haber ingresado tres veces a las clases de la Primera Eucaristía, pero nunca haber completado los programas. Cada vez que la familia se mudaba, tenía que empezar de nuevo. Le hice preguntas de fe. Quedó claro que estaba bien informada sobre el catolicismo. Le pregunté: “¿Cómo es que sabes tanto de la Iglesia?” Ella dijo: “Padre, vamos a misa los domingos. Somos católicos. Solo somos migrantes “. No había duda de que continuaría creciendo en su práctica de la fe católica. Le di la bienvenida a la clase. Cuatro días después recibió la Confirmación y la Primera Eucaristía.
First Communion for a migrant farm worker
My walk with migrants has always been a bit unconventional. I always do the things required in preparing people to receive the grace of sacrament. The unconventional part of offering the Word and sacrament to the poor is doing so respecting the lives of persons for whom the ministry is directed. While the person may have economic, health, sociological and emotional needs, my concern is that we offer spiritual care for the poor. Our ministry begins by learning the story of the lives of the poor, and responding to them as Jesus would.
Juanita
(A story of spontaneity and timeliness of ministry)
Juanita came to me on the second to the last day of our Campesino Confirmation program to ask, “Padre, what do I need to do to receive the Body and Blood of Christ?” It was not the normal way a person asks for First Communion. I told her that our program was for people like her, but it was the second to the last day of class and we could not take on new people. She began to cry. I asked her to sit down and tell me her story.
Juanita explained that her family arrived the night before and she found out about our program from her cousins who were in the class. She told of having lived in 10 different towns in eight years, having three times entered First Eucharist classes but never completed the programs. Each time the family moved, she had to begin again. I asked her questions of faith. It became clear that she was well informed on Catholicism. I asked, “How is it that you know so much about the Church?” She said, “Father, we go to Mass on Sundays. We are Catholic. We are just migrants.” There was no doubt that she would continue to grow in her practice of the Catholic faith. I welcomed her to the class. Four days later she received Confirmation and First Eucharist.
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Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.