Good News – Buena Nueva: Amar – Love
Amor
San Pablo dice que la mayor de las virtudes es el amor. Mueve a una persona afuera de sí mismo. Para tener fe y esperanza, tenemos que ser conscientes y atentos al otro. Comienza con el mandamiento más grande, amar a Dios plenamente y amar a nuestro prójimo. La historia del Buen Samaritano responde a la pregunta: “¿Quién es mi prójimo?” El fariseo y el sacerdote no vieron o trataron de no ver al hombre que había sido golpeado por los ladrones. El que no fue reconocido por su fe cuidó al hombre, atendió a sus heridas y lo llevó para ayudarlo y ponerlo a salvo. El amor no es un sentimiento, sino un hecho de cuidar al otro, especialmente a uno que está sufriendo.
Dios bendiga a los trabajadores de salud que cuidan a tantas personas en enfermedades y angustia física. La atención es más noble durante la pandemia de COVID ya que el cuidador pone en riesgo su propia salud. El cuidado de la salud es una profesión noble. Como profesión, uno desarrolla habilidades profesionales para diagnosticar problemas y brindar la atención adecuada. En los buenos tiempos, nos acostumbramos de atención medica que no ponemos atención, pero en momento de pandemia, la habilidad, la paciencia, la resistencia y el compromiso de los cuidadores se pone a prueba. La pandemia ha abierto los ojos de muchos sobre el papel esencial que desempeña la salud en nuestra sociedad.
Como personas de fe, podemos faltar atención de nuestra salud espiritual en tiempos buenos. Nos volvemos complacientes con “la forma en que siempre lo hemos hecho”. Nos volvemos menos entusiastas acerca de nuestra necesidad de prestar atención a nuestra salud religiosa y espiritual. Nuestro camino de fe se convierte en un camino solitario sin compañeros para compartir y desafiar nuestro camino. Por una pandemia que se propaga donde la gente se reúne, cerró iglesias y limitó servicios de devoción. Algunos se preocupan de que la gente no regrese a la iglesia con regularidad en el futuro. Otros han encontrado una mayor apreciación de lo que se pierde en sus vidas cuando no pueden orar regularmente con otros creyentes. La ausencia de servicios puede hacer crecer el cariño por lo que hemos perdido en la pandemia.
La presión de los tiempos expone divisiones en familias, comunidades religiosas, vecindarios e incluso naciones. Un camino hacia la curación de las divisiones implicará renovar las conexiones saludables que tenemos con los demás en nuestras vidas y cambiar muchas de las divisiones inconscientes y no reconocidas que hemos enfrentado en el pasado.
Sabemos que queremos restaurar las relaciones saludables de nuestras vidas. Incluso en medio de la tristeza y la incomodidad, hemos encontrado formas de apoyar esas relaciones. Si vamos a encontrar un camino hacia la paz en nuestras vidas, el desafío es encontrar formas de crear relaciones saludables con quienes están fuera de nuestro círculo de amor y apoyo. Amar al extraño es un desafío. El amor por aquellos que ven el mundo radicalmente diferente a nosotros es mucho más difícil. La verdadera paz vendrá solo cuando podamos tomar en serio las palabras de Jesús: “Ama a tu enemigo”.
Que el Señor nos bendiga a todos para que aprendamos a amar.
(Mañana: Hay un Camino)
Love
St. Paul says that the greatest of the virtues is love. It moves a person beyond oneself. To have faith and hope, we need to be conscious and caring for the other. It begins with the greatest commandment, to love God fully and to love our neighbor. The story of the Good Samaritan is in response to the question, “Who is my neighbor?” The Pharisee and the priest did not see or tried not to see the man who had been beaten by robbers. The one who was not recognized for his faith cared for the man, bound up his wounds and took him to help and safety. Love is not a warm feeling, but taking action to care for another, especially one who is suffering.
God bless the care givers who care for so many in illness and physical distress. The care is more noble during the COVID pandemic as the care giver places his or her own health at risk. Health care is a noble profession. As a profession, one develops professional skills in diagnosing problems and in giving appropriate care. In good times, we can take the care for granted and even the care giver takes their work for granted. Then, in a time of pandemic skill, patience, endurance and commitment become tested. The pandemic has opened the eyes of many to the essential role of health given in our society.
As people of faith, our spiritual health can be taken for granted. We become complacent with “the way that we always have done it.” We become less enthusiastic about our need to pay attention to our religious and spiritual health. Our faith journey becomes a solitary journey without companions to share and to challenge our journey. A pandemic that spreads where people gather closed churches or limited attendance at services so much that some worry that people will not return to regular church participation. Others have found a greater appreciation of what is missed in their lives when they are unable to regularly pray with other believers. The absence of services can make the heart grow fonder for what we took for granted.
The pressure of the times exposes divisions in families, faith communities, neighborhoods and even countries. A road to healing divisions will involve renewing the healthy connections that we have with others in lives and changing many of the unrecognized and unconscious divisions that we have faced in the past.
We know that we want to restore the healthy relationships of our lives. Even in the midst of sadness and discomfort, we have found ways to support those relationships. If we are to find a path to peace in our lives, the challenge is to find ways of creating healthy relationships with those are outside our circle of love and support. Love the stranger is a challenge. Love of those who see the world radically different than ourselves is much harder. Real peace will come only when we can take to heart Jesus’ words to heart, “Love your enemy.”
May the Lord bless us all, that we may learn to love.
(Tomorrow: There is a Way)