Good News – Buena Nueva: Una Manda, A Promise
Una Manda – Una Promesa
El 11 de diciembre tomé una decisión para mi camino de Adviento. “No más malas noticias.” Decidí no ver las noticias en la televisión o escuchar las noticias en la radio durante las próximas dos semanas. Soy un adicto a las noticias, por lo que parecía ser un sacrificio, pero “prepara el camino del Señor” para la Navidad era más alegre. Escuché más música navideña de la que he escuchado en años. Mi actitud y mi perspectiva de la vida mejoraron. Ahora puedo cantar “Joy to the World” como lo hizo mi buen amigo, el obispo John Steinbock. La cantó todo el año. En el mes de julio, él cantaba “Joy to the World” en la oficina.
Durante los últimos nueve meses, un grupo de alumnos de nuestro seminario Redentorista cuando era seminarista se reunió cada semana en ZOOM. Ha sido un placer que rara vez me he perdido. El grupo preguntó de qué deberíamos hablar la semana que entra y sugerí hablar de nuestras esperanzas para el año 2021. El año pasado no ha sido fácil y sugerí una sesión esperanzadora.
Quiero ofrecer un “manda” o “compromiso”. No estoy seguro de lo que será hoy, pero lo haré. Algunos pueden no estar familiarizados con una “manda” o un “compromiso”. La comunidad mexicana habla de “mandas” y un amigo de Nuevo México lo llamó “compromiso”. Se explica mejor en la historia de una clase de Confirmación en 1983. Nuestro programa de confirmación requería que los candidatos hicieran 20 horas de servicio para la iglesia o la comunidad durante el año. A medida que se acercaba el día de la Confirmación, casi ninguno de los candidatos había realizado ninguna hora de servicio. Pregunté a nuestros catequistas qué debíamos hacer. No iba a cancelar las Confirmaciones. Pedro, uno de los catequistas, quería hablar con los candidatos.
Pedro, les dijo a los jóvenes que cada vez que su madre quedaba embarazada, su padre le hacía una promesa a Dios, un compromiso, de que después del nacimiento del niño haría una peregrinación al santuario de Chimayo para pasar un día en oración, agradeciendo a Dios por su hijo recién nacido. Entonces, cuando el bebé y la madre estuvieran a salvo en casa y él pudiera irse por dos días, cerraría su gasolinera un viernes por la tarde y comenzaría a caminar 25 millas hasta Chimayo. Pasó el sábado en oración, agradeciendo a Dios. Después de la misa del domingo por la mañana, caminó a casa. Cumplió su compromiso.
Jóvenes le preguntaron, “¿Cuántas veces hizo el compromiso su padre?” Dijo: “Trece veces”. Continuó diciendo: “La semana que viene el Obispo te dará el don del Espíritu Santo. Quiero que hagan un compromiso. En gratitud por la gracia que reciben, hagan un “compromiso” que ofrecerán a la iglesia veinte horas de servicio antes de Pentecostés “. (La Confirmación tuvo lugar una semana antes del Miércoles de Ceniza) Cada candidato hizo su compromiso. El grupo ofreció cuidado de niños los domingos durante las misas. Trabajaron para la cena parroquial en la fiesta de San José. Organizaron una Vía Crucis viviente el Viernes Santo y los 32 candidatos completaron sus compromisos antes de Pentecostés.
Es común que gente haga resoluciones del Año Nuevo, pero este año, invito a todos hacer y completar un compromiso, una promesa a Dios que hará del mundo un lugar mejor. Necesitamos un año de Jubileo, un año de compromiso.
(Mañana: Fe)
A Promise
On Dec. 11, I made a decision for my Advent journey. “No more bad news.” I decided not to watch news on television or to listen to the news on radio for the next two weeks. I am a news junkie, so it seemed to be a sacrifice, but preparing for Christmas was so much easier. I listened to more Christmas music than I have in years. My attitude and my perspective on life improved. Now, I can sing, “Joy to the World” as my good friend, Bishop John Steinbock did. He sang it all year long. In July, he would sing, “Joy to the World” as he entered the office.
For the past several months, a group of alumni from our Redemptorist seminary when I was a seminarian began a weekly meeting on ZOOM. It has been an enjoyment that I have rarely missed. The group asked what we should talk about next week, and I suggested talking about our hopes for the year 2021. This past year has not been easy, and I suggested a hopeful session.
I want to offer a “manda” or “compromiso”. I am not certain of what it shall be today, but I will do so. Some may be unfamiliar with a “manda” or “compromiso”. Our Mexican community speaks of “mandas” and a New Mexican friend called it a “compromiso”. It is best explained in the story of a Confirmation class in 1983. Our confirmation program required candidates to do 20 hours of service for the church or the community during the year. As the day of Confirmation was near, almost none of the candidates had done any hours of service. I asked our catechists what we should do. I was not going to cancel the Confirmations. Pedro, one of the catechists asked to talk with all the candidates.
Pedro, told the young people that whenever his mother became pregnant, his father made a promise to God, a compromiso, that after the child was born he would make a pilgrimage to the santuario of Chimayo to spend a day in prayer, thanking God for his newborn child. So, when the baby and mother were safely home and he could go away for two days, he would close his gas station on a Friday evening and begin walking 25 miles to Chimayo. He spent Saturday in prayer, thanking God. After Mass on Sunday morning, he walked home. He fulfilled his compromiso.
The youth asked him, how many times his father made the compromiso. He said, “Thirteen times.” He went on to say, “Next week the Bishop will give you the gift of the Holy Spirit. I want you to make a compromiso. In gratitud for the grace that you receive, make a “compromiso” that you will offer the church twenty hours of service before Pentecost.” (The Confirmation took place a week before Ash Wednesday) Each candidate made their compromiso. The group offered babysitting on Sundays during Masses. They worked for the parish dinner on the feast of St. Joseph. They staged a living stations of the cross on Good Friday and all 32 candidates completed their compromiso before Pentecost.
It is common for people to make New Year’s resolutions, but this year, I invite people to make and complete a compromiso, a promise to God that will make the world a better place. We need a Jubilee year, a year of promise.
(Tomorrow: Faith)