Vocation/Vocación : Bilingual Mission Team
sa
Equipo de las Misiones Bilingües
San Alfonso Ligorio fundó a los Redentoristas para evangelizar a los más abandonados. La misión popular era el método de evangelización de nosotros. La “misión popular” consiste de una serie de eventos predicado por unos misioneros. Durante los años, la forma de la misión cambió, pero regularmente el equipo de la misión tenía dos o más Redentoristas. Cuando yo era joven, recuerdo la misión ofrecido por una semana para los hombres y una semana para las mujeres. Después del Concilio Vaticano, nuestra Provincia desarrollo una misión de una semana. Unos sacerdotes de Colorado invitaron los padres de Casa San Alfonso a ofrecer misiones bilingües en comunidades rurales. Aquí es una historia de las misiones que ofrecimos entre 1995 a 2001.
Bilingual Mission Team
Saint Alphonsus Liguori founded the Redemptorists to evangelize the “most abandoned.” Our method of evangelization was the “popular mission.” Prior to the Vatican Council, the missions consisted of a series of preached events. The mission team was made up of two or more Redemptorists. When I was young, I remember the mission offered in my parish, one week for men and one week for women. After the Vatican Council, our Province developed a one-week mission. Priests in rural Colorado communities invited the us at Casa San Alfonso to offer bilingual missions in rural Colorado communities. Here is a history of the missions we offered from 1995 to 2001.
Mi primera misión fue en Janesville, Wisconsin, a principios de la década de 1980. Me asocié con un misionero experimentado. La misión estaba en inglés en el formato que llamamos, Equipo de Misión II. Participé en dos misiones durante mi tiempo como director de vocaciones. Después de abrir la Casa San Alfonso en 1991, el P. Patricio era pastor asociado de la parroquia de San José y la mayoría de los fines de semana yo celebré misas en español en parroquias rurales de la arquidiócesis de Denver. De 1991 a 1993, estaba aprendiendo español. Durante 1994, algunos pastores preguntaron si podíamos ofrecer misiones parroquiales en comunidades rurales. P. Patricio y yo preparamos un formato bilingüe que comenzó a invitar a feligreses de habla inglés y español a la misión. Ofrecimos los discursos misioneros, uno en la iglesia y otro en el salón. Uno de nosotros dio la charla en español y el otro en inglés. Después de las charlas, los dos grupos lingüísticos se reunieron para la conclusión del servicio.
Al principio, llevamos miembros bilingües de nuestra comunidad juvenil para que fueran los maestros de ceremonias de las Misiones. Más tarde, llevamos otros jóvenes para ofrecer cuidado de niños mientras los padres asistían a la misión. En una misión en Fort Lupton, varios jóvenes de Casa San Alfonso prepararon un programa para niños mientras teníamos a los adultos para la misión. Decidimos tomar las misiones parroquiales como un ministerio de tiempo completo en 1996. Tres misioneros laicos se unieron a nosotros mientras ofrecíamos misiones de enero a mayo. En mayo ofrecimos nuestra primera misión fuera de Colorado, en Omaha.
Patricio fue como misionero a Brasil y descontinuamos Casa San Alfonso en el otoño de 1996. En diciembre, ofrecí una misión con el P. Bob Simon en Hood River, Oregón. Durante los próximos cuatro años, el P. Simon se asoció conmigo. De 1997 a 2001, ofrecimos quince o más misiones de dos semanas. Nuestros equipos incluían de dos a cuatro misioneros laicos. Ofrecimos la mayoría de nuestras misiones en pueblos pequeños de catorce estados.
Los misioneros laicos oraron con nosotros y vivieron básicamente como una comunidad redentorista itinerante. Compartimos todo en común. En 1998, sustituí a un pastor en The Dalles, Oregon durante el mes de junio mientras él se iba a estudiar español. Dos de nuestros misioneros laicos vinieron conmigo. Cada noche celebrábamos la misa en los huertos durante la cosecha de las cerezas. Durante las misas, los misioneros llevaban a los niños a la liturgia de la Palabra y regresaban a la misa para el ofertorio. Después de la Misa, cenábamos con algunas familias. Poco sabía ese verano, que una nueva aventura me esperaba ya que regresaría todos los años durante trece años para la cosecha de cerezas.
(Mañana: la misión de la cosecha de cerezas)
My first mission was in Janesville, Wisconsin in the early 1980’s. I teamed with an experienced missionary. The mission was in English in the format that we called, Mission Team II. I participated in two more missions while I was vocation director. After opening Casa San Alfonso in 1991, Fr. Patrick was an associate pastor for St. Joseph’s parish and most weekends, I celebrated Spanish Masses in rural parishes around the archdiocese of Denver. From 1991-93, I was learning Spanish. By 1994, some pastors asked if we could offer parish missions for several rural communities. Fr. Patrick and I prepared a bilingual format that began inviting English and Spanish speaking parishioners to the mission. We offered the mission talks, one in the church and one in another room. One of us gave the Spanish talk and the other, English. After the talks, the two language groups regathered for the close of the service.
At first, we brought bilingual members of our youth community to be the emcees of the Missions. Later we brought other young people to offer childcare while parents attended the mission. On a mission in Fort Lupton, several young people from Casa San Alfonso prepared a program for children while we had the adults for the mission. We decided to take on parish missions as a full-time ministry in 1996. Three lay missionaries joined us as we offered missions from January to May. In May we offered our first mission outside of Colorado, in Omaha.
Fr. Patrick went as a missionary to Brazil, and we discontinued Casa San Alfonso in the Fall of 1996. In December, I offered a mission with Fr. Bob Simon in Hood River, Oregon. For the next four years, Fr. Simon teamed up with me. From 1997 to 2001, we offered fifteen or more two-week missions. Our teams included two to four lay missionaries. We offered most of our missions in small towns in fourteen states.
Our lay missionaries prayed with us, and basically lived as a traveling Redemptorist community. We shared everything in common. In 1998, I substituted for a pastor in The Dalles, Oregon for the month of June while he went away to study Spanish. Two of our lay missionaries came with me. Each evening we celebrated Mass in orchards during the cherry harvest. During the Masses, the missionaries took the children for the liturgy of the Word and would return to the Mass for the offertory. After Mass, we would have dinner with some of the families. Little did I know that summer, that a new adventure lie ahead as I would return every year for thirteen years for the cherry harvest.
(Tomorrow: The cherry harvest mission)