4. Lent: The Catholic faithful – Los feligreses católicos
Favor de notar que estoy buscando ayuda para preparar un manual para ofrecer la gracia del sacramento a los que viven en la inseguridad de movilidad debido al trabajo, asuntos de inmigración o por las circunstancias de la pandemia. Invito a los lectores a entrar en una discusión conmigo enviando un correo electrónico a [email protected]. El blog de padremigrante durante la cuaresma considerará como podemos animar los fieles católicos que no tienen una relación estable con una parroquia.
Reconociendo la fe de los migrantes
Cuando comencé a aprender español, un misionero dijo: “Si no caminas con mi gente, no te molestes en aprender español”. Esas palabras me pusieron en el camino de observar y escuchar la fe de las personas al margen de la Iglesia y la sociedad. Ver y escuchar es el primer paso en el camino de compartir la fe con migrantes e inmigrantes.
El Papa Francisco observa: “La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe”. (EG 200)Lamentablemente, muchas personas no se dan cuenta de la fe de los pobres. En muchos lugares, los pobres experimentan muchos obstáculos para recibir los sacramentos. Como sacerdote visitante, predicando misiones parroquiales en comunidades con una población creciente de migrantes e inmigrantes, conozco a personas que viven en condiciones de pobreza extraordinaria. Pasé un verano piscando cerezas y viviendo con trabajadores migrantes. He visitado comunidades de trabajadores en Oregon, California, Kansas, Colorado, Nuevo México, Nebraska, Missouri, Washington y Mississippi. Los lugares más empobrecidos a los que entro siempre tienen signos de fe en lugares destacados. En los campamentos de migrantes y los parques de casas rodantes con una presencia significativa de migrantes hispanos, a menudo hay un pequeño santuario en el campamento o en las casas del campamento.
La foto arriba es de un campamento de migrantes. Hay un árbol cerca de la entrada de las casas de campesinos que perdió una rama hace muchos años, y en su lugar hay un agujero en el árbol. Las personas en el campamento colocan una cruz, imágenes de Nuestra Señora de Guadalupe, los santos de sus comunidades en México, fotos de seres queridos que han fallecido recientemente. Alrededor del árbol hay velas y flores. Cuando la gente se va a trabajar, se detiene, hace una señal de la cruz, dice una oración y luego se pone a trabajar. Al volver a casa, hacen lo mismo. Estos actos de fe son comunes en los lugares donde se reúnen los pobres. Cuanto más desesperada la pobreza, mayor fe se muestra.
El propietario de una granja mejoró las viviendas para sus trabajadores de la cosecha. La mayoría de las casitas antiguas fueron destruidas. Los trabajadores rescataron una de las antiguas casitas y pidieron permiso al propietario para que les dejara hacer una pequeña capilla para sus “santitos”. El propietario dijo que lo hiciera, pero solo si no se convierte en una “monstruosidad” en el campamento. Posteriormente el dueño dijo que no conocía el impacto positivo que tendría en su campamento. Dijo que los trabajadores aún pueden consumir demasiada cerveza, pero no beberán cerca de la capilla. Ha reducido el consumo de alcohol en público y hay menos peleas en el campamento.
Honrando la “apertura a la fe” de los pobres, los líderes de la fe deben revisar las prácticas de preparación sacramental que no reconocen la fe de los pobres.
(Mañana: Que sea abierta a nuevos métodos de evangelización.)
Please note that I am seeking help in preparing a manual to offer the grace of the sacrament to those who live in the insecurity of mobility due to work, immigration issues, or the circumstances of the pandemic. I invite readers to enter a discussion with me by sending an email to: [email protected]. The padremigrante blog during Lent will consider how we can animate the Catholic faithful who do not have a stable relationship with a parish.
Recognizing the Faith of Migrants
When I began learning Spanish, a missionary said, “If you do not walk with my people, don´t bother learning Spanish.” Those words put me on a path of observing and listening to the faith of people on the margins of the Church and society. Seeing and listening is the first step on the path of sharing faith with migrants and immigrants.
Pope Francis observes: “The great majority of the poor have a special openness to the faith.” (EG 200) Sadly, many people fail to notice the faith of the poor. In many ministry sites, the poor experience many obstacles to reception of sacraments. As a visiting priest, preaching parish missions in communities with a growing population of migrants and immigrants, I meet people living in conditions of extraordinary poverty. I spent a summer picking cherries and living with migrant workers. I have visited workers communities in Oregon, California, Kansas, Colorado, New Mexico, Nebraska, Missouri, Washington and Mississippi. The more impoverished places that I enter always have signs of faith in prominent places. In migrant camps and trailer parks with a significant presence of Hispanic migrants there is often a small shrine in the camp or in the camp homes.
The photo above is from a migrant camp. There is a tree near the entrance of the housing unit that lost a branch many years ago, and in its place is hole in the tree. People in the camp place a cross, images of Our Lady of Guadalupe, the saints of their communities in Mexico, photos of loved ones who have recently died. Around the tree are candles and flowers. When people go off to work, they stop, make a sign of the cross, say a prayer and then go to work. When coming home, they do the same. These acts of faith are common in places where the poor gather. The desperate the poverty, the greater faith is shown.
A farm owner upgraded the housing for his harvest workers. Most of the old units were destroyed. The workers salvaged one of the old units and asked permission of the owner to let them make a small chapel for their “santitos”. The owner said to do so, but only if it does not become an ‘eyesore’ in the camp. Later the owner said that he did not know the positive impact that would have on his camp. He said that the workers may still consume too much beer, but they will not drink near the chapel. It has reduced public drinking and there are less arguments and fights in the camp.
Honoring the “openness to the faith” of the poor, leaders of faith need to review practices of sacramental preparation that fail to recognize the faith of the poor.
(Tomorrow: Openness to new methods of evangelization)
En busca de ayuda
Ayer invité a la gente a que me ayudara a preparar un catecismo para la preparación de niños migrantes para la Primera Comunión. Los invito a pensar en su propia Primera Comunión. Les pido que envíen sus recuerdos de su Primera Comunión. ¿Qué recuerdas de tu Primera Comunión?
Recibí la Primera Comunión a los siete años. Mis únicos recuerdos son las fotos tomadas en ese momento. Estaba en una escuela católica. Estoy seguro de que nuestras clases de religión nos prepararon, pero la preparación fue simplemente parte de nuestras clases. Sin recordar aquella ocasión, desde entonces, cuando iba a misa, siempre recibía la comunión. En quinto grado me convertí en “monaguillo”. Vivíamos al otro lado de la calle de la iglesia y cuando no me asignaban, iba a la sacristía para ver si alguien no aparecía. En sexto grado comencé a asistir a misa todos los días antes de la escuela, siempre verificando si podía servir.
Aunque no tengo memoria de mi Primera Comunión, la Eucaristía se convirtió en una parte importante de mi juventud y parte de mi decisión de ingresar al seminario después del octavo grado.
Por favor comparte conmigo tus recuerdos. Escribir a: [email protected]
Looking for help
Yesterday, I invited people to help me prepare a catechism for use preparing migrant children for their First Communion. I invite you to think about your own First Communion. I ask you to send your memories of your First Communion. What do you remember about your First Communion?
I received First Communion at age seven. My only memories are of the photos taken at that time. I was in Catholic school. I am certain that our religion classes prepared us, but the preparation was simply part of our classes. While not remembering that occasion, from then on, when going to Mass, I always received communion. In fifth grade I became an “altar boy”, server for Mass. We lived across the street from the church and when I was not assigned, I went to the sacristy to see if someone did not show up. In sixth grade I began attending Mass daily before school, always checking to see if I could serve.
Even though I have no memory of my First Communion, the Eucharist became an important part of my childhood, and part of my decision to enter the seminary after eighth grade.
Please share with me your memories. Write to: [email protected]
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.