#2. A New Normal – Un Nuevo Normal: Learning from COVID – Aprender de COVID
¿Qué podemos aprender de COVID?
¿Cuánto damos por sentado? En este último año, muchas cosas han cambiado. Nuestra respuesta como mundo, nación e Iglesia a menudo no ha sido por gracia. Vivimos en un país con muchas bendiciones. Hay libertades que nos dan una sensación de control de muchas cosas que nos rodean, pero cuando atacó COVID, perdimos el control de gran parte del mundo que nos rodea. Tenemos opciones sobre cómo responder a las crisis, pero algunas de esas opciones son destructivas. Dos opciones que quiero recomendar provienen de la experiencia en la vida religiosa y de la experiencia en el Ministerio Hispano.
Primero: la práctica de la meditación es una parte rutinaria de la vida religiosa. Es fundamental encontrar el equilibrio al responder a los desafíos que nos rodean. Requiere tomarnos un tiempo para colocarnos en la presencia de Dios. Nos llama a la calma y a tener confianza en el amor y la misericordia de Dios. Nos da espacio para llamar la atención sobre las bendiciones en nuestras vidas, incluso en las cruces que llevamos. Un consejo que recuerdo de los días del seminario fue aumentar gradualmente el tiempo dedicado a la meditación. Si cinco minutos es el tiempo que puede utilizar eficazmente, hágalo. Cuando se sienta cómodo, pase a diez y así sucesivamente para llegar a 30 minutos al día.
Segundo: En el Ministerio Hispano, el método para tomar decisiones es: VER, JUZGAR Y ACTUAR. No se pueden tomar buenas decisiones sin ver la complejidad de un problema. Con demasiada frecuencia vivimos en reacción que en tomar decisiones bien discernidas. Comienza sabiendo lo que está sucediendo y respondiendo con la razón más que con la emoción del momento. Entonces: que vea.
Mañana, consideremos las cosas que hacemos bien en nuestras comunidades de fe, para que podamos construir sobre las actividades saludables de nuestra fe.
What can we learn from COVID?
How much we take for granted? In this past year, so much has changed. Our response as a world, a nation and a Church has often not been graceful. We live in a country with many blessings. There are freedoms that give us a sense of control of many things around us, but when COVID struck, we lost control of much of the world around us. We do have choices in how we respond to crisis, but some of those choices are destructive. Two choices that I want to recommend come from my experience in religious life and from experience in Hispanic Ministry.
First: The practice of meditation is a routine part of religious life. It is essential to finding balance in responding to the challenges around us. It demands taking time to place ourselves in the presence of God. It calls us to calm and to have confidence in the love and mercy of God. It allows us space to call attention to the blessings in our lives, even in the crosses that we bear. Advice I remember from seminary days, was to gradually increase time dedicated to meditation. If five minutes was the time you could effectively use, do it. when comfortable move to ten and so on to hopefully arrive at 30 minutes a day.
Second: In Hispanic Ministry, the method for making decisions is to: VER, JUZGAR Y ACTUAR. (SEE, JUDGE, ACT). One cannot make good decisions without seeing the complexity of a problem. Too often we live in reaction than in reaching well discerned decisions. It begins with knowing what is taking place and responding with reason rather that in the emotion of the moment.
Tomorrow, let us consider the things that we do well in our faith communities, that we may build on the healthy activities of our faith.
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.