#2. A New Normal – Un Nuevo Normal: Vámonos – Let us go
“Vámonos”
“Vamos a los pueblos cercanos
para predicar también allá el Evangelio,
pues para eso he venido”.
Después de su bautismo por Juan, Jesús salió al desierto donde la Escritura dice que fue tentado. Los cuarenta días que pasó en el desierto lo prepararon para proclamar la “Buena nueva” a los pobres, los cautivos, los marginados, los abandonados, los pecadores. Cuando comenzó a predicar, la gente se maravilló de sus palabras y sus obras. Querían que se quedara, pero después de presentar a la gente el amor de Dios y la misericordia sanadora, su misión era “ir a los pueblos cercanos”. Era un predicador itinerante. Tenía que salir a todo el mundo, aunque el mundo en su vida personal estaba ubicado en una pequeña nación que era una encrucijada de culturas y comercio.
Hace treinta años, me mudé a Denver para trabajar con los jóvenes del centro de la ciudad. Después de cuatro años en nuestra comunidad juvenil, Casa San Alfonso, los Redentoristas comenzamos a predicar misiones de evangelizació, para llevar el mensaje de Jesús a la gente de los pueblos rurales de Colorado, Kansas y Nebraska. Éramos predicadores, ofreciendo un mensaje de la Palabra, sacramento, Eucaristía y misión. No nos quedamos en un solo lugar, sino que fuimos a aldeas, pueblos y ciudades para proclamar la “Buena Nueva”.
Como Jesús pudo haberse quedado en uno u otro pueblo donde predicó, su propósito era difundir el evangelio. El era misionero. Cuando comencé a predicar, fue al trabajador agrícola migrante quien me formó como misionero. Como Jesús fue al desierto para descubrir su propósito, he descubierto que mi vocación redentorista es llevar buena nueva a los marginados de la sociedad y la Iglesia.
El mensaje es sencillo, pero no fácil. Es traer gozo, amor, salud y misericordia a un mundo que necesita profundamente conocer el amor de Cristo. La sencillez del mensaje de Jesús a menudo es mejor recibida por las personas que sufren en el mundo. Hay una bendición en la crisis de nuestro tiempo. Realizamos que tenemos que ser portadores de “Buena Nueva”. Necesitamos llevar el mensaje de Cristo a todos los “pueblos cercanos”.
“Let us go”
“Let us go on to the nearby villages
that I may preach there also.
For this purpose have I come.”
After his baptism by John, Jesus went out into the desert where Scripture says that he was tempted. The forty days spent in the desert prepared him to proclaim “Good news” to the poor, the captive, the outcast, the abandoned, the sinner. When he began preaching, people marveled at his words and his deeds. They wanted him to stay, but after introducing the people to God’s love and healing mercy, his mission was to “go on the nearby villages.” He was and itinerant preacher. He had to go out to all the world, although the world in his personal life was located in a small nation that was a crossroad of cultures and commerce.
Thirty years ago, I moved to Denver to work with inner city youth. After four years at our youth community, Casa San Alfonso, we Redemptorists began preaching parish missions, to take the message of Jesus to people in rural villages in Colorado, Kansas and Nebraska. We were preachers, offering a message of the Word, sacrament, Eucharist and mission. We did not stay in one place, but we went to villages, towns and cities to proclaim the “Good News”.
As Jesus could have stayed in one or the other towns where he preached, his purpose was to spread the gospel. He was missionary. When I began preaching, it was the migrant farm worker who formed me as a missionary. As Jesus went to the desert to discover his purpose, my Redemptorist vocation is to bring good news to those on the margins of society and the Church.
The message is simple, but not easy. It is to bring joy, love, healing and mercy to a world deeply needing to know the love of Christ. The simplicity of Jesus’ message often is best heard by the suffering people of the world. There is a blessing in the crisis of our time, and we need to be the bearers of “Good News.” We need to take it to all the “nearby villages.”
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.