#2. A New Normal – Un Nuevo Normal: Assess – Evaluar
Evaluar
Estamos llegando al primer aniversario de ajustar nuestras vidas a COVID. Ya sea que nuestros ajustes hayan sido saludables o no, es bueno tomarse un tiempo para evaluar lo que está sucediendo en nuestras vidas. Invito a la gente a ver esto de manera personal, en lugar de evaluar a la sociedad o nuestras iglesias. Hacer una evaluación de nuestras vidas a menudo es parte del viaje de la Cuaresma, por lo que deseo compartir algunas ideas nuevas sobre cómo hacer una evaluación.
Recientemente, un obispo me invitó a visitar comunidades en su diócesis con poblaciones hispanas. Cinco días después de mi llegada a la diócesis, hubo una convocatoria de los sacerdotes de la diócesis. Debido a COVID, aproximadamente la mitad de los sacerdotes de la diócesis asistieron en persona, mientras que la otra mitad participó virtualmente. He participado en evaluaciones diocesanas del Ministerio Hispano en varias diócesis, pero este obispo me presentó de una manera que hizo mi trabajo mucho más fácil. Les dijo a los sacerdotes: “Le pedí al Padre Mike que me dijera las cosas buenas que estamos haciendo en el Ministerio Hispano en la diócesis y qué podemos hacer mejor”. Esta presentación positiva preparó a sacerdotes y parroquias para darme la bienvenida y entrar abiertamente en conversaciones sobre el Ministerio Hispano.
Con demasiada frecuencia, las evaluaciones buscan lo que está mal en nuestras vidas. Escuche cómo hablamos acerca de hacer una evaluación de nuestra vida espiritual. Lo llamamos, un examen de conciencia. En ese examen nos concentramos en nuestras faltas y fallas, teniendo poca misericordia por nuestras fallas.
Al animar a las personas a hacer una evaluación de sus vidas, es importante ver tal acción como buscar una visión veraz de lo que está sucediendo en sus vidas. Como el obispo dejó en claro a los sacerdotes de su diócesis, su prioridad era permitir que la diócesis sirviera más eficazmente a la comunidad hispana. En tiempos difíciles, como los presentes hoy, evaluar nuestras vidas, comenzando por preguntarnos qué hacemos bien, nos coloca en un buen camino para hacer que nuestro testimonio sea más significativo en nuestras familias y comunidades.
(Mañana: El desarrollo de mejores prácticas.)
Assess
We are reaching the one-year anniversary of adjusting our lives to COVID. Whether our adjustments have been healthy or not, it is good to take time to assess what is happening in our lives. I invite people to look at this in a personal way, rather than assessing society or our churches. Doing an assessment of our lives is often part of the Lenten journey, so I wish to share some new insights for me about doing an assessment.
Recently, a bishop invited me to visit communities in his diocese with significant Hispanic populations. Five days after I arrived in the diocese, there was a convocation of the priests of the diocese. Due to COVID, about half of the priests in the diocese attended in person, while the other half participated virtually. I have participated in diocesan evaluations of Hispanic Ministry in several dioceses, but this bishop presented me in a manner that made my work much easier. He told the priests, “I asked Fr. Mike to tell me the good things that we are doing in Hispanic Ministry in the diocese and what we may do better.” This positive presentation prepared priests and parishes to welcome me and to openly enter conversations about Hispanic Ministry.
Too often, assessments look for what is going wrong in our lives. Listen to how we speak about doing an assessment of our spiritual life. We call it, an examination of conscience. In that examination we concentrate on our faults and failings, having little mercy for our failings.
Encouraging people to make an assessment of their lives, it is important to see such an action as seeking a truthful view of what is happening in our lives. As the bishop made clear to the priests of his diocese, that his priority was enable the diocese to more effectively serve the Hispanic community. In challenging times, as are present today, assessing our lives, beginning with asking what we do well, places us on a good path to making our witness more meaningful in our families and communities.
(Tomorrow: Developing better practices)
Oh Jesús, tú nos llamas: “Síganme”. Bendice, Señor, a todos los que acogen tu llamado. Puede que el camino no sea fácil, pero tenemos la confianza de que todo es posible si caminamos contigo. Que este viaje nos abra los ojos a las maravillas de tu amor por nosotros. Oramos por toda tu gente, por todos los creyentes e incrédulos, por los líderes y seguidores. Oramos por la sanación, el perdón, la compasión, la justicia y la paz. Oramos para que, al seguirte, nosotros también podamos ser pescadores de hombres. Bendícenos en nuestro viaje.
O Jesus, you call us, “Come after me.” Bless, O Lord, all who welcome your call. The path may not be easy, but we have confidence that all things are possible if we walk with you. May this journey, open our eyes to the wonders of your love for us. We pray for all your people, for all believers and unbelievers, for leaders and followers. We pray for healing, for forgiveness, for compassion, for justice, for peace. We pray that as we follow you, we too can be fishers of men. Bless us on our journey.